Se delira a través de J.P. Feinmann:
“La verdad es aquello que la voluntad de poder conquista. Tenemos que hablar sobre el tema de la verdad y de la verdad como conquista de la voluntad de poder, porque hay una frase excepcional de Nietzsche que dice: “no hay hechos, hay interpretaciones”; ésta es una frase descomunal. Si no hay hechos y solo hay interpretaciones, ¿dónde está la verdad? En esto Michel Foucault lo va a seguir muy bien porque Foucault es un gran discípulo de Nietzsche. La verdad es una conquista de la voluntad de poder. Hay cientos de verdades, cientos de verdades. Usted agarre los cinco o seis diarios que salen a la mañana en Buenos Aires, escuche las radios… haga, haga esa experiencia, y va a ver que hay unas veinte interpretaciones de cada hecho. Una interpretación no es la verdad; hay un hecho pero después hay veinte interpretaciones. ¿Cuál es la verdad? La verdad es la que la voluntad de poder logra imponer. O sea que hay una relación entre verdad y poder, la verdad es una creación del poder. La verdad es hija del poder.” Y sigue la sarasa…
(José Pablo Feinmann, minuto 4:52, Programa de televisión: Filosofía aquí y ahora, Canal “Encuentro”)(acá)
Se dice a través de Nietzsche:
Contra el positivismo, que se detiene en los fenómenos: “sólo hay hechos” -yo diría: no, precisamente no hay hechos, sino sólo interpretaciones. No podemos constatar ningún hecho “en sí”; tal vez sea un absurdo querer algo por el estilo. “Todo es subjetivo” decís; pero ésta ya es una interpretación, el “sujeto” no es nada dado, es sólo algo añadido por la imaginación, algo añadido después. ¿Es en fin, necesario poner todavía al intérprete detrás de la interpretación? Ya esto es invención, hipótesis.
(Friedrich Nietzsche, Fragmentos Póstumos, Lenguaje y Conocimiento, aforismo 7 [60])
Se dice a través de Arákhne:
¿Se olvidó Feinmann –o la “voluntad de raiting”- de leer el resto del aforismo? Leerlo es un peligro: el peligro de que se desate el nudo de disparates. Su disección es selectiva; la frase final despedaza completamente el zafarrancho de asociaciones infundadas. ¿Quieren un ejemplo? Ahí lo tienen, no necesitan leer ningún periódico: el “intérprete” es interpretación. Esto es Ontología pura.
¿La voluntad de poder? Una palabra desarma al filósofo argentino: Verbo. Poder no es un sustantivo. Lo demás ya lo dijo Nietzsche, ¿para qué plagiarlo?
¿Verdad? Ése es un tema aparte, no hagamos concesiones a la mezcolanza.
Interrupción. "Ciertos hombres nacen póstumos..." (El Anticristo)